NORTH ARROW / FLECHA DE(L)
NORTE
Estaba repasando mi cuaderno de notas intentando dar
con un título con gancho para encabezar esta entrada…
LA ARQUITECTURA
DEL NORTE / ARQUITECTURAS DEL NORTE / EL NORTE EN ARQUITECTURA / HACIA OTRO
NORTE / OTROS NORTES / NUEV@ NORTE / DEL NORTE / SOBRE EL NORTE / ARQUITECTURAS
REORIENTA_2 / LENGUAS DEL NORTE / CONSTRUYENDO EL NORTE / NOR_Ts / [N]orth …
Hace un par de meses, en el autobús de línea, de
vuelta a casa, me entretuve leyendo un libro que compré en Inglaterra; Arquitectura para los pobres (Architecture
for the poor). Me quedé fascinado por los dibujos del arquitecto Hassan
Fathi; el autor del libro, la dedicación que prestaba a cada uno de los
detalles, por pequeños o menores que pudieran parecer, resultaba admirable,
exquisita en su definición última. Sin duda, una de las constantes más
características de su forma de dibujar, de su forma de enseñar, era el modo en
que grafiaba el norte; o mejor dicho; los nortes, nortes cargados de
significado e intencionalidad, resueltos, expresivos y orgánicos - casi vivos-,
a mi juicio, de una belleza plástica tan rala como inusitada; casi con alma.
Casi (bis) sin pretenderlo; me embarqué en una aventura
que me tomaría varias semanas; recavando
información sobre la representación histórica del Norte en los planos de
Arquitectura. Para ser honestos, he de decir que por un momento pensé que
aquella primera idea podría traducirse en la publicación de un Atlas de Nortes, como si de una Biblioteca de Nortes se tratara; pero pronto caí en lo inabarcable
y ambicioso de aquella primera pronta intención, porque todavía, - sin
renunciar a ello-, mientras escribo estas líneas, me pregunto cuál sería el
punto final de ese hipotético trabajo.
Fue así como reparé en este texto de otro Arquitecto;
Ching
(…)
la orientación de un edificio en un solar se representa con una flecha de norte. Siempre que sea
posible se hará coincidir el Norte con la dirección abajo-arriba de la hoja de
dibujo. Si un edificio está orientado en una dirección que difiera en menos de
45º de uno de los puntos cardinales, se puede utilizar un norte supuesto para
evitar que los títulos sean demasiado largos. (en) Francis D. K. Ching (….): Manual de
dibujo arquitectónico / Orientación del solar / p 38
Hay nortes que más que dibujados; parecen haberse
construido sobre el terreno del papel.
La forma más elemental (básica) de representar el norte en un plano es mediante su
inicial [N] o bien por medio de una flecha [↑]
↑ : norte
(flecha)
Lo que sucede; como apuntábamos un poquito más
arriba, es que los constructores de esos
nortes; acostumbran a ser los propi@s arquitect@s, lo que en la práctica
supone que podemos encontrar una gran variedad de ejemplos, toda una amalgama
de posibilidades; casi tantos nortes como arquitect@s, a pesar de que el Norte; - a priori -, sea sólo uno. Su
representación lleva impresa la impronta personal de su autor, el valor añadido de un gesto más o menos
espontáneo, que incorpora el trazo indeleble de la geografía del lugar en su
definición; , - realizado con mayor o menor soltura -, que resulta ser; a
menudo, fiel reflejo de la corriente del momento, eso que podríamos convenir
como modo de hacer del tiempo, (o tiempos; en plural), que a cada
uno le toca vivir.
¿Norte/Norte(s)?
¿El norte es
uno o son much@s...?
Ya sabemos que eso que venimos llamando Norte
geográfico no coincide con el Norte magnético que indica el compás de la
brújula y también que en numerosas ocasiones el Norte de los planos es un Norte
“supuesto” que puede coincidir o no con el primero. Visto lo visto; cabría
preguntarse también si existe un Norte para cada proyecto ó si como
presuponíamos en un principio comparten tod@s un (el) mismo norte.
La representación del norte en el papel, toma como
modelo original la representación de una veleta; una pieza de metal, de forma variada, saeta,
flecha u otra, giratoria y colocada en una cubierta y en su punto más alto para
controlar la dirección del viento. [Serra Hamilton, Alberto (1997):
Términos ilustrados de arquitectura y construcción / p 1002-03 / fig 2081]
Esos nortes dibujados; al igual que las veletas, de
algún modo, lo que vienen a indicar es “por
dónde le da el aire” al edificio. De algún modo, el norte; generalmente en
los planos de planta y otros mapas; - también es propio de otros ámbitos y
disciplinas -, da pie para iniciar la interpretación de esa maravillosa
partitura que es la Arquitectura, que de algún modo, como las veletas, tiende a
orientarse a favor de la dirección que sopla el viento dominante, que no
siempre, por extraño que pueda parecer, es la que más conviene a sus
habitantes; a sus usuari@s.
El norte constituye un elemento de gran valor iconográfico,
un símbolo gráfico convenido de marcada universalidad que facilita la
comunicación y el diálogo, entre el que escribe y el que lee. Si bien tomando
esto como norma general, hemos de decir que a pesar de existir cierta
regularización en ello, habiendo sido su uso sancionado por la práctica, su
interpretación y materialización admite cierto grado de flexibilidad, dejando
suficiente margen al proyectista como para hacer uso de una holgada libertad de
expresión.
Esos nortes constituyen una de las herramientas más
valiosas con las que tod@ proyectista cuenta. La carga informativa
(información) que contiene este símbolo resulta imprescindible para conocer el
por qué de la orientación de la construcción en relación al solar donde se
prevé erigir y a la geografía y/o traza urbana donde se inserta. Su presencia
articula el encuentro entre el papel, la propia construcción, el lugar y el
lector.
El norte; su representación en un plano, su
materialización, sirve como ningún otro grafismo; valga la redundancia, para no perder el norte y ser todavía un
poquito más conscientes; aún si cabe, de por
dónde deberían ir las cosas, para
resituarse y posicionarse en relación al lugar.
De ahí su utilidad y labor como herramienta y
vehículo de comunicación directa entre dibujante y lector (la persona que
interpreta los planos)
¿Dónde ubicarlo?
Como no podía ser de otro modo; lo más intuitivo
resulta situarlo en la parte superior del dibujo, el norte en el norte; normalmente a la izquierda del mismo, por
aquello de que los diestros (mayoría), en las culturas latinas, escriben y leen
de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Lo clásico; sí, pero no lo
obligado, ni mucho menos la norma general. Lo que sí cabe exigir; o mejor
dicho, esperar de él, es que sea fácilmente legible e identificable (Norte = Norte), bien visible; claro, de
tamaño y composición acordes con el conjunto de la maquetación del plano, fácil
de comprender y localizar; más o menos ornamentado, sin renunciar ni un ápice
al rigor y pragmatismo que exige su función,
su utilidad; que en cualquier caso, servirá para aproximarnos y acercarnos
mejor al contexto, al lugar, a la situación del edificio; a su modo de estar, a
la postura y actitud que toma respecto a la tierra donde se levanta, cómo se
enfrenta al paisaje, si se adapta a su orografía, si se asienta sobre él, si se
opone a él, si se deja mecer por él…
Ahora sí; una vez (re)situados podemos jugar con
nuestra imaginación e intentar ver como los rayos del sol de enero y los de las
lunas de mayo bañan sus fachadas, tocar sus paredes, sentir como el viento
fluye sobre el volumen que envuelve su construcción, percibir el modo en que el
agua de lluvia golpea contra el cristal de las ventanas; escuchar el tintineo
del granizo sobre las teclas cerámicas de la cubierta… jugar a columpiar
nuestros pies sentados sobre la cerca que delimita el jardín, pasear por sus
alrededores, perdernos en sus recovecos, disfrutar de las vistas del lugar
apoyados sobre la barandilla del balcón, dejarnos seducir por el trinar de las colibríes, deleitarnos con el olor a jazmín de
los tiestos de barro…
…
Ahora sí; por fin, más allá del norte, lo que resta
por decir en estas líneas es que soplan vientos de cambio en esta noble Arte
con tanto oficio vivido.
Yo por mi parte, seguiré buscando otros nortes, como esas aves de paso que vuelan buscando el calor del norte, trabajando como hiciera en su día aquel arquitecto egipcio, con los pies sobre (en) la tierra, surcando la tierra para labrar mi propio norte; norteando.
Yo por mi parte, seguiré buscando otros nortes, como esas aves de paso que vuelan buscando el calor del norte, trabajando como hiciera en su día aquel arquitecto egipcio, con los pies sobre (en) la tierra, surcando la tierra para labrar mi propio norte; norteando.
...
hoy suena en mi habitación: settle down / kimbra (en) http://www.youtube.com/watch?v=yHV04eSGzAA / a mi(s) norte(s), gracias por estar ahí / to my north(s), thanks for being there
; )
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