Me llamo Lurren, aunque ése quizás sea un detalle que no importe demasiado para contar lo que quiero contar.
En ocasiones sucede que sin esperarlas, las cosas llegan, suceden...
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Una vez; tiempo atrás, quise ser zahorí.
Recuerdo como aquel caduco otoño del 89, tras meses de sequía, el mar del campo lucía marrón y los pocos juncos que habían sobrevivido al calor del estío, se debatían entre la horizontalidad del suelo y la verticalidad de la vida.
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Los sueños soña_2 son para soñarlos
despiert@s...
Durante meses había permanecido allí, impasible frente aquel junco, preguntándome el por qué y el cómo habría hecho para seguir ahí; frente a mí, buscando el motivo por el que había conseguido sobrevivir al paso del tiempo, la razón; - todavía hoy desconocida para mí -, que le había permitido desafiar altiv@, indemne, a la gravedad del curso de las cosas...
Una noche de sol, de repen_t, comenzó a llover. La lluvia caló hondo en la sed del suelo que pronto se tornó barro. Entonces el viento comenzó a arreciar con fuerza; tanto que el junco dejó de hacer pie sobre la tierra y se precipitó desplomado, exhausto, sobre una cama de hojas de encina ya secas. Cayó de costado, intentando protegerse de la violencia del golpe, tratando de salir airoso de aquella situación, que al menos; hasta donde yo sé, no estaba en el guión de esta histori@...
El agua resbalaba indómita por la ladera del camino buscando el torrente de la vega. Las raíces de mis pies quedaron atrapadas entre la sorpresa de aquel inesperado adiós sin adiós y el peso del barro en los bolsillos de mi pantalón...
Cerré los ojos, extendí mi brazo y abrí todo lo que pude la palma de mi mano, confiando en que la fuerza de la corriente l@ arrastrara hasta mí, hasta el calor de mi latido...
El junco permaneció flotando allí, indiferente, en aquel mismo allí donde meses atrás, coqueteaba con la miel de la primavera, en aquel mismo allí donde una vez encontré mi lugar, un no lugar donde pasar las horas; la sombra de un junco que sin pretenderlo hizo de mí todo un maestro en el arte de la quietud, en aquello de aprender a luchar contra el curso del agua; o dicho de otro modo, contra aquello que hasta entonces consideraba como el curso normal de las cosas...
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hoy suena en mi habitación: paper cup / heather nova (en)
http://www.youtube.com/watch?v=RJ6iWoQKoEo / a cris
